jueves, 8 de marzo de 2012

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

La mujer que mueve el mundo
La mujer que mueve el mundo con sus manos,
no descansa, no tiene calendario
y hace girar el día a su compás
y hace feliz de tanto como da.
La mujer que mueve el mundo con su cuerpo,
es tan joven que no entiende de sexo
y tiene mil colores en la piel
y tiene mil dolores en su ser
y tiene mil deseos por cumplir
por ejemplo ser feliz.
La mujer que mueve el mundo con su boca,
no se deja amilanar por la derrota
y habla y tiene tanto que decir
y habla hasta encontrar la solución
Confiesa su temor y su pasión para sobrevivir.
La mujer que mueve el mundo con sus ojos,
ve tan sólo la vida de reojo
y quiere ser la novia en el altar
y quiere ser el pobre en el portal.
La mujer que mueve el mundo con sus sueños,
de ilusiones va pintando los empeños
y sueña con llegar a ser mejor
y sueña con un mundo sin verdad
y cree que algo se puede cambiar de esta realidad
por ejemplo, ser feliz sólo para sobrevivir.
Mujeres que mueven el mundo con su trabajo, con su esfuerzo, con su amor y con su literatura. El homenaje a todas las mujeres que escriben para mover el mundo y para hacernos un poco más felices, en las poesías de estas cuatro autoras de literatura infantil y juvenil que nos acompañan en el trabajo diario: GLORIA FUERTES, ISABEL MEDINA, MARÍA ELENA WALSH Y PEPA AURORA.
"Dos mujeres leyendo", Pablo Picasso

LA PRINCESA VAGABUNDA
Había una vez una princesa,
y no es un cuento, lo juro,
que, harta de estar en palacio,
se fue a recorrer el mundo.

"¡Chist...! ¡Chist...! ¡Qué silencio!
No hay vigilancia ninguna;
cogeré mi mochila verde
y me iré a probar fortuna".

Puso dentro, ya se sabe,
un buen fajo de dinero,
poca ropa, mucha fruta
y unos raídos vaqueros.

El aire de libertad
lo respiró muy profundo
Catalina, la princesa
que se fue a mirar el mundo.

Como no tenía casa
(el palacio estaba ausente)
se durmió con cuatro amigos
debajo del primer puente.
"¡Hay que ver- dijo asombrada-
dónde duerme tanta gente!".

Y conoció a Carlitos,
un niño de ojos oscuros
que buscaba en la basura
algún trozo de pan duro.
Catalina, horrorizada,
le dio manzanas y peras,
y Carlitos, muy feliz,
le enseñó la luna llena.

A la mañana siguiente
se fue en avión a la India
y vio cómo trabajaban
tantos niños, tantas niñas.
Y recorrió África entera
y hasta América llegó
la princesa Catalina
y dijo lo que allí vio.

Y lo que vio no lo cuento,
no lo digo, de verdad,
lo pone siempre la tele
y el viento de aquí y de allá.

Y hasta aquí llegó este cuento,
que no es un cuento, lo juro,
de una hermosa princesa
que se fue a mirar el mundo.

Isabel Medina en La princesa vagabunda y otros poemas


"Mujer leyendo con parasol", H. Matisse


LA REINA BATATA

Estaba la Reina Batata
sentada en un plato de plata.
El cocinero la miró
y la Reina se abatató.

La Reina temblaba de miedo,
el cocinero con el dedo
-que no que sí, que sí que no-
de mal humor la amenazó.

Pensaba la Reina Batata:
- Ahora me pincha y me mata.
Y el cocinero murmuró:
- Con ésta sí me quedo yo.

La Reina vio por el rabillo
que estaba afilando el cuchillo.
Y tanto, tanto se asustó
que rodó al suelo y se escondió.

Entonces llegó de la plaza
la nena menor de la casa.
Cuando buscaba su yo-yo
en un rincón la descubrió.

La nena en un trono de lata
la puso a la Reina Batata.
Colita verde le brotó
(a la Reina Batata, a la nena no).
Y esta canción se terminó.

María Elena Walsh en Canciones para mirar.


 
"Mujer leyendo", Botero


 

Cancioncilla al Siroco


¡Ya  sopla el Siroco,
viento seco y loco!

La gigante goma
que transforma el verde
y todo lo borra
con soplos de muerte.

¡Ya sopla el Siroco,
viento seco y loco!

Las laderas brillan
con los tabaibales,
lágrimas que irizan
de amarillo el valle.

¡Ya sopla el Siroco,
viento seco y loco!

Ya se enfada el balo
de humilde silencio
e inciensa el barranco
con su aliento fétido.

¡Y se fue el Siroco…!

Y llegó la brisa…
la amiga que lava
con dulces caricias
las terrosas caras.

Pepa Aurora en Poemas, ritmos y trabalenguas





"Les deux soeur", Renoir




GALLINITA CIEGA


Gallinita estaba
presa en su corral,
con la pata atada
en un matorral.

Gallinita cose,
cose un delantal
para su pollito,
que no sabe andar.

Gallinita llora:
"¡Quiquiriquicá!"
Se ha quedado ciega
de tanto llorar.

Gallinita ciega
busca en el pajar.
- ¿Qué se te ha perdido?
- Aguja y dedal.

- Da tres vueltecitas
y lo encontrarás.

Gallinita ciega
gira sin cesar.
¡Pobre gallinita,
se va a marear!


GLORIA FUERTES



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