domingo, 12 de febrero de 2012

POEMAS DE AMOR

Poemas de amor para este mes de febrero. Van acompañados de referencias bibliográficas de cuentos con historias de enamorados.

Rebecca DAUTREMER: Enamorados


En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
-El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.-
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
- Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.-

No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

EL AMOR

Al pasar por la calle
veo un gran detalle;
eres tú, llamas la atención
con tu pelo no hay otra ilusión.
No se, ¿cómo lo haces?
¿Haces magia? ¿Haces clases?
Me da igual cómo lo hagas.
Me da igual cómo lo veas.
Sólo quiero que admitas que me amas.

NÁYADE RODRÍGUEZ, 5º A







Se va, se va la lancha,
se va, se va el vapor,
y el lunes por la mañana
también se va mi amor.
Temprano me levanto
y voy a la orilla del mar
a preguntarle a las olas
si es que lo han visto pasar.
Las olas me responden
que sí, que lo han visto pasar
con un ramito en la mano
para su amada llevar.

CANCIÓN POPULAR DE URUGUAY



VIENTO DE AMOR

Por la cima del árbol iré
y te buscaré.

Por la cima del árbol he de ir,
por la cima del árbol has de venir,
por la cima del árbol verde
donde nada y todo se pierde.

Por la cima del árbol iré
y te encontraré.

En la cima del árbol se va
a la ventura que aún no está,
en la cima del árbol se viene
de la dicha que ya se tiene.

Por la cima del árbol iré
y te cojeré.

El viento la cambia de color
como el afán cambia el amor,
y a la luz de viento y afán
hojas y amor vienen y van.

Por la cima del árbol iré
y te perderé.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



Benjamín LACOMBE: Los amantes mariposa



Cuando a tu cara me acerco,
las palabras, en la boca,
se me convierten en besos.
--------
Cuando me miras, me matas...
Y si no me miras, más.
Son puñales que me clavas
y los vuelves a sacar.
--------
Cuéntame tus penas,
te diré las mías...
Verás cómo al rato de que estemos juntos
todas se te olvidan.
--------
El cariño y la salud
en un punto se parecen.
Nadie sabe lo que valen
hasta después que se pierden.

"Soleares, seguidillas y otras coplas". MANUEL MACHADO



A. MATTHEWS y B. WILLEY: El ladrón y la bailarina



¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
--------
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.
--------
Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es un corazón... es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.

"Rimas" de G. A. Bécquer



VALS DE LOS ENAMORADOS Y UNIDOS HASTA SIEMPRE

No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.

Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.

Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos, sus brazos.
Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas,
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.

MIGUEL HERNÁNDEZ



Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza: ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!

ANTONIO MACHADO




E. VAN DE VENDEL y C. CNEUT: Un millón de mariposas



EL AMOR NO SE PUEDE PINTAR

La niña pintó una flor,
luego pintó una bandera
y también la luz primera.
Pintar no pudo el amor.
Pintó con mucho primor
la blanca estrella del mar
y un lindo y verde palmar.
Mas después de pintar tanto,
no pudo ni con el llanto
¡jamás el amor pintar!

CARLOS CARRILLO VALDÉS

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